Mucho se habla y a la vez se desconoce acerca de las peculiaridades de la culturanokinawense. Si bien, Okinawa en la actualidad forma parte de Japón como una prefectura situada al sur del país, sus costumbres, cultura, pensamiento y población podrían no encajar con la idea que generalmente se tiene de Japón.
Bastaría con mirar un poco atrás a través de su historia para comprender las razones de tan marcadas diferencias, y nos encontraremos con historias de constante intercambio cultural, conquista, poder, caída de un reino y la añoranza de la tierra natal. Historias que ahora se cuentan mediante danzas, música y una lengua en decadencia.
Gran parte de la presencia asiática, y okinawense para fines de este estudio, en América se debe al fenómeno migratorio ocurrido a finales del siglo XIX y principios del XX desde Japón hacia el “continente del nuevo mundo”. Dicha cultura es considerablemente distinta a la japonesa y en algunos de los países de américa como Estados Unidos, Brasil y Perú, se han dado a la tarea de documentar rescatar, difundir y preservar la cultura Okinawense; sin embargo, en México es poca la información disponible de estas comunidades debido a la poca actividad de investigación. Los Nikkei (término usado para definir, según la página web Discover Nikkei, a los emigrantes japoneses y sus descendientes que han creado comunidades en todo el mundo) son los principales promotores de este trabajo, ellos tienen un fuerte sentido de pertenencia a esta cultura y los procesos en que construyen su identidad adquieren cierta complejidad.